28 jun 2013

Bienvenida al Mundo Real

      Hace no mucho tiempo, vivía con la idea fija de que necesitaba un psicólogo. Pensaba que tenía muchas situaciones inconclusas que resolver y que lo mejor que podía hacer era tratarme. La realidad es que, en ese entonces, nada estaba mal conmigo. Jamás se me hubiese pasado por la cabeza que en un futuro cercano iba a tener que recurrir a la terapia por razones extremas, y, cuando menos me lo esperaba, terminé despatarrada en el sillón de un consultorio contándole mis problemas a una completa desconocida.
      Es curioso y fascinante saber que alguien que jamás te ha visto puede sacar conclusiones con una simple confesión que una le hace. Es increíble como cada palabra que salió de mi boca se convirtió en una espina menos en el corazón. De repente, todos los nervios que sentía antes de llegar a la consulta se habían desvanecido. Era simplemente yo, al desnudo, totalmente consciente de lo violento que puede ser el desenlace de las cosas. Desprendí el cuento de hadas de mi piel, saqué de mi sistema la noción del mundo perfecto, desterré para siempre la idea fija del final feliz. En pocas palabras, comencé a redescubrirme por primera vez en mucho tiempo. Y salí de allí con una sonrisa, ansiosa por mi próxima sesión.
      Más tarde esa noche, decidí recurrir a mi terapia alternativa: el séptimo arte. Fue el turno de mirar Comer, Rezar , Amar, y no fue una elección al azar. Justamente esta película - basada en el libro de Elizabeth Gilbert, el cual voy a comenzar a leer pronto - habla sobre volver a encontrarse con una misma, de aprender a vivir, de mantener el equilibrio, de buscar la felicidad... de todas esas cosas que yo perdí tiempo atrás y que creí tener hasta que la realidad cayó sobre mí como un balde de agua fría.
      Yo no podía encontrarme en el reflejo del espejo. Yo estaba desperdiciando el arte de vivir. Yo había perdido el equilibrio. Yo no era feliz. Mi mundo se había vuelto monótono, patético, carente de sentimientos y giraba en torno a una persona. Alguien a quien yo decidí entregar mi alma como si fuera el único ser humano sobre la Tierra, creyendo inútilmente que de esa forma se llegaba al éxtasis total. Y me olvidé del resto. Me olvidé de mis metas, de mi pasión. Pensaba que era correcto sacrificar todo por amor, que esa era la forma indicada de amar a una persona. Quizás lo fue, pero definitivamente no se acercaba ni de asomo a la mejor manera de amarme a mi misma.
      Mi cabeza es un lío. Estoy replanteándome mis últimos meses de vida intentando encontrar respuestas para todo. Intento entender qué estaba haciendo, intento definir qué sentido tuvo todo lo que pasé. Intento saber si aún lo amo. No tengo dudas de que en algún momento lo hice - y con todas mis fuerzas - es sólo que creo, después de horas de reflexión, que hay una delgada línea entre el afecto y el miedo a romper los lazos y que en eso tendré que concentrarme.
       Quizás en algún momento pueda descubrir qué es exactamente lo que siento por él. Quizás jamás lo haga. Simplemente sé que hoy por hoy, todavía tengo una tarea mucho más complicada para realizar: encontrarme a mí misma. Estoy trazando mi propio mapa, volviendo a mis costumbres, buscándome, saliendo de este pozo en el que toqué fondo. Más adelante tendré el tiempo suficiente para hablar de amor, para hablar de compromisos, para hablar de él... o tal vez no.


Dear David,

We haven't had any communication in a while, and it's given me time I needed to think. Remember when you said we should live with each other and be unhappy so we could be happy? Consider it a testimony to how much I love you that I spent so long pouring myself into that offer, trying to make it work. But a friend took me to the most amazing place the other day its called, The Augustium. Octavian Augustus built it to house his remains. When the Barbarians came they trashed it along with everything else. The Great Augustus Rome's first true great emperor. How could he have imagined that Rome, the whole world as far as he was concerned, one day would be in ruins? It's one of the quietest and loneliest places in Rome. The city has grown up around it over centuries. Feels like a precious wound, like a heartbreak you won't let go of cause it hurts too good. We all want things to stay the same, David. Settle for living in misery because were afraid of change. Of things crumbling to ruins. then i looked around in this place at the chaos its endured. The way its been adapted, burned, pillaged, and found a way to build itself back up again...and i was reassured. Maybe my life hasn't been so chaotic, It's just the world that is. And the only real trap is getting attached to any of it. ruin is a gift. Ruin is the road to transformation. Even in this eternal city. The Augustium showed me that we must always be prepared for endless waves of transformation.

Both of us deserve better than staying together because we're afraid we'll be destroyed if we don't.


No hay comentarios:

Publicar un comentario