Y así fue como un lunes, decidí gritar ¡BASTA!
Es increíble como las vueltas de la vida pueden llevarte a lugares insospechados. Como las situaciones que jamás creíste que te lastimarían se clavan en lo más hondo de tu alma y no te permiten hacer nada al respecto. No es fácil que de repente miles de cosas que llevabas en tu pasado aparezcan para acecharte, para hacerte bajar un cambio, para demostrarte que no siempre todo va a ser color de rosas y que así y todo, está bien no estar bien.
Es difícil para alguien que siempre supo llevar las riendas de su vida encontrarse desorientado. Es frustrante ver como uno debe renunciar a sus planes para poder estar bien y que la situación no lo supere.
Quizás, en algunos momentos simplemente hay que parar. Algunas veces, es conveniente dejar todo atrás antes de volverse loco. Empezar de cero puede ser bueno, puede ser positivo.
No sé cuando volveré a ser yo. No sé en que momento voy a poder pararme delante de un espejo y reconocerme en mi reflejo. Pero espero que sea pronto.
Confío en que voy a recuperar mi esencia. Creo fervientemente que el tiempo y la ayuda de quienes te aman son el mejor remedio para un corazón destrozado y una cabeza hecha un lío.
Sé que todo va a estar bien. Porque estoy afrontando lo que me pasa. Porque nada me impide mejorar cada día un poco más. Porque un tropezón no es caída.
PORQUE UN LUNES, UN INSIGNIFICANTE LUNES, DECIDÍ DAR VUELTA LA PÁGINA, y creo que por ahí es por donde se empieza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario